domingo, 7 de marzo de 2010

El paso de los dioses...



No cabe duda que la organización de cualquier evento y de la vida misma requiere de tiempo, y pasa siempre que uno se dedica a llenar la agenda con mil y un actividades  (o con una que ocupa todo un día) para seguir pasando las semanas.

El hecho es que, cuando veo mi agenda veo que está escrito lo mismo uno y otra vez, y es ahí de donde surge la curiosidad espontanea: ¿por qué los días se llaman como se llaman? i.e. (esto es), ¿por qué lunes es lunes, martes es martes y así con los 7 días?

Cuentan algunos clics que el paso de los días se debe a que se conservó la tradición romana y que esta a su vez se debe a que los romanos conservaron la tradición griega que estos a su vez conservaron de una historia y una pregunta: ¿cómo es el paso de los astros? 

Los griegos, como muchas otras culturas, consideraban el cielo y sus fenómenos el reflejo de sus deidades, ya que con ese carácter de algo lejano, de algo inalcanzable y algo cotidiano, no podía tener otra explicación.
Antes que nadie, el sol, ese astro el cual da luz y calor, para algunos un regalo, para otros un dios, sea como sea, el merecía un día, dies Solis, o bien Dominicus, el segundo más por tradición pero no dejaba de ser un día importante, el Domingo.

Después, la luna, o el segundo astro más brillante, para muchos es ella, para otros es el, pero sin duda las noches sin su compañía no tendrían sentido y de algún modo se le debe agradecer la inspiración que comparte, debe ser recordada a diario… lo malo es que su lugar va después del domingo, Lunes es su día (dies Lunae).

Observemos más la bóveda celeste, y descubriremos un astro vagabundo, que describe movimientos extraños, y su color rojo para muchos represento la sangre de las guerras… Los griegos le decían Ares, los romanos, muy probablemente pensando que sonaría mejor marcianos que arianos (¿apoco no?, es cuestión de marketing), lo llamarón Marte, y al ser una deidad merecía su día, Martes (dies Martis).

Luego llega el día que nadie sabe si es inicio del fin (de semana) o el fin del inicio (de semana), y que como el veloz Hermes, rebautizado como Mercurio, pasa volando, así son los Miércoles (dies Mercurii).

El siguiente es un día en el que nos sentimos más tranquilos, un día en el que ya sentimos que estamos más pa’lla que pa’ca, y asomándonos al cielo estrellado, le debe corresponder a uno de los astros más brillantes y que pasa mucho tiempo vagando por el firmamento, Zeus o don Júpiter, y que mejor que la deidad principal patrocine el primer día del fin de semana, el Jueves (dies Iovis).

Las mujeres merecen su día, y que sea el mejor de todos, Afrodita o miss Venus para los romanos, una diosa que en su paso por la bóveda celeste solo la vez salir a la fiesta (cuando sale al atardecer) o cuando regresa a casa (cuando sale al amanecer), siempre radiante, muy brillante,  representante de la feminidad en el olimpo, le dejaron el día que todos esperamos, el Viernes (dies Veneris).

Con un paso más lento en los cielos y un brillo opaco, lo más seguro es que se trate de alguien viejo, y sin duda, no hay nada más viejo que el tiempo… Cronos, padre de Zeus, es el más viejo en las deidades griegas, y fue renombrado por los romanos como Saturno, debido a su lento paso y por ser el último en llegar, le toco ser el Sábado (dies Saturni).

Hasta la agenda tiene algo que contarnos, no solo lo que haremos en el día o el mes, y con esto queda comprobado que todos los libros tienen algo que contar (el reto es el directorio telefónico).

Así pues, describiendo el paso de los días se describe el paso de los dioses.

S.


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